07 marzo 2009

Preguntas Sobre La Santificacion Entera

Por Allan P. Brown, Ph.D., La Cátedra
La División de Educación Ministerial en GBS

Enseño una clase titulada, “La Doctrina de La Santidad.” Hacia el fin del semestre, les pedí que los estudiantes escribiesen anónimamente cualquier pregunta que tenían todavía sobre el tema. Yo recibí dieciocho preguntas, y aquí están siete de ellas. ¿Puede Ud. distinguir el concepto básico y bíblico que se necesita para responder a cada una?
• ¿Es posible que alguien rechaze la santificación entera y todavía ser salvado?
• ¿Es posible que alguien pierda la santificación entera pero no perder la salvación?
• ¿Debe ser santificado enteramente para entrar en el cielo?
• ¿Puede ser santificado enteramente y todavía estar pecando sin darse cuenta por una falta del entendimiento?
• ¿Es necesario ser santificado otra vez alguien enteramente santificado que rebela contra Dios y después se vuelva? Sabemos que una persona sí puede rebelar contra Dios y después regresar en arrepentimiento y ser salvado de nuevo.
• ¿Puede vivir alguien renacido por años resistiendo una rendición al control completo de Dios en la santificación entera y quedarse un cristiano?
• ¿Es posible que alguien sea santificado enteramente y todavía ser una persona irritante?
Conozco a alguien que he oído predicar en la necesidad de estar santificado enteramente y todavía es el tipo de persona con quien espero que nadie tiene que estar. Estas preguntas tiene respuestas explícitas o implícitas en I Juan 1:7, “Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado.” Yo aprendí de leer las preguntas de mis estudiantes que yo no había enseñado y aplicado suficientemente el principio de “andar en luz.” Después, pasé las clases siguientes discutiendo este concepto.

Lo discutamos. ¿Qué significa “andar en luz”? Par dar estructura a nuestros pensamientos, nota que I Juan 1:7 se puede dividir en tres partes: (1) hay una condición que se debe cumplir: “Si andamos en luz, como él está en luz…”; (2) hay una comunión que se debe disfrutar: “…tenemos comunión unos con otros…”; y (3) hay una limpieza prometida: “…y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado.”

I. LA CONDICION que se debe cumplir: “Si andamos en luz, como él está en luz…”
La primera cosa que debemos hacer al pensar del sentido de andar en luz es intentar establecer una definición bíblica de la luz. En el contexto, Juan dice que Dios es luz y no hay ningunas tinieblas en él (I Juan 1:5). Este significa que Dios es justo y santo. Su Palabra es la revelación principal de Su rectitud y santidad. “Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino” (Salmo 119:105). “La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los sencillos” (Salmo 119:130). “Porque el mandamiento es lámpara, la enseñanza es luz, y camino de vida son las reprensiones que te instruyen” (Proverbios 6:23). Andar en luz es decir “Sí” a todo que nos enseña la Palabra de Dios sobre vivir como El. Como alguien anda en luz, recibe más luz (Salmo 36:9). Si una persona no obedece todo que aprende de la Palabra de Dios, no está andando en luz. El está andando contra luz y por lo tanto andando en tinieblas. Andar contra luz es cometer el pecado voluntario y si no es arrepentido inmediatemente, el pecado voluntario lo separará de Dios (Isaías 59:2) y condenará su alma.

II. La COMUNION que se debe Disfrutar: “…tenemos comunión unos con otros…
La gramática aquí es ambigua, pero el contexto sugiere que “unos con otros” significa que nosotros que andamos en luz tenemos comunión con Dios y con Su Hijo Jesucristo (I Juan 1:3). I Juan todavía no ha presentado la relación del creyente con otras personas. Su enfoque está en el privilegio de la comunión con la Trinidad y en el contexto se refiere a un privilegio disponible solamente al cristiano verdadero que está andando en toda la luz que tiene. Juan enseñará más adelante en esta carta que la comunión con Dios es el base para la comunión con otros creyentes (I Juan 2:6ff).

III. La LIMPIEZA Prometida: “…y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado.
Hay tres aspectos en esta limpieza prometida. Primero, el medio de nuestra limpieza es la sangre de Jesucristo, el Hijo de Dios. No hay ningún otro medio para limpiar del pecado. Segundo, la naturaleza de la limpieza indica que tenemos la necesidad de estar limpiado continuamente. El verbo, “nos limpia” está en el tiempo presente indicativo que comunica en la manera más fuerte posible la limpieza factual, actual, y continua provista a la persona que escoje continuamente andar en luz. Tercero, la frase, “de todo pecado,” indica una limpieza completa y profunda del pecado. Como Adam Clarke, el príncipe de comentaristas wesleyanos, dice, “La eficacia meritoria de su pasión y muerte ha purgado nuestras conciencias de obras muertas y nos limpia…” i.e., “continua limpiarnos, i.e., mantener limpio lo que ya había limpiado, (porque exige el mismo mérito y energía para preservar la santidad en el alma del hombre, como producirla.”
Regresemos ahora a nuestras siete preguntas sobre el tema de la santificación entera y intentar responderlas con I Juan 1:7 en cuenta.

¿Puede rechazar alguien su santificación eterna y todavía ser salvado?
Respuesta: No. Un cristiano debe continuar andando en toda la luz que se tiene o llegar a ser culpable de andar en tinieblas, lo cual es pecado voluntario. Un persona que practica el pecado voluntario no es salvado (I Juan 2:3-6; 3:4-10).

¿Puede perder una persona la santificación entera pero no perder la salvación?
Respuesta: No. La única manera en la cual una persona puede “perder” (“rechazar” es el mejor término) su santificación es por el pecado voluntario o por increencia (la cual también es pecado). Una persona no puede quedarse en comunión con Dios (quedarse salvado) si no continua andar en toda la luz que tiene.

¿Necesita alguien ser santificado enteramente para entrar en el cielo?
Respuesta: Sí y No. Sí, si él sabe que la Biblia lo enseña que es la voluntad de Dios que sea santificado enteramente, debe andar en la luz o llegar a ser culpable del pecado voluntario. No, si alguien, como el ladrón en la cruz, nunca había oído de santificación entera, o si la persona había sido enseñada que la santificación entera es disponible solamente al Regreso Segundo de Jesucristo. Una persona irá al cielo con tal que anda en toda la luz que tiene.

¿Se puede ser enteramente santificado y todavía estar pecando inconscientemente de una falta de información?
Respuesta: Mientras anda un cristiano en toda la luz que tiene, la sangre de Jesucristo le está continuamente limpiando de todo pecado. Tal limpieza incluye las violaciones inconscientes de la Palabra de Dios.

Cuando una persona enteramente santificada quien rebela contra Dios pero después regresa a El, ¿se necesita estar santificado de nuevo? Sabemos que se puede rebelar contra Dios y después regresar en arrepentimiento y ser “salvado de nuevo.”
Respuesta: Sí. Regresar a Dios es la acción de un reincido cuya relación con Dios se restablece. Tras el restablecimiento, se debe andar en la luz y obedecer Romanos 12:1 y presentarse como un sacrificio vivo, santo, agradable a Dios. Se puede hacer solamente por alguien en una relación recta con Dios.

¿Es posible que la persona renacida vive por años resistiendo una rendición completa al control completo de Dios en la santificación entera y quedarse un cristiano?
Respuesta: No. Un cristiano debe continuamente andar en toda la luz que tiene. Resistir cualquier luz es cometer pecado voluntario y la práctica del pecado voluntario es una característica del pecador, no cristiano.

¿Es posible que alguien sea santificado enteramente y todavía ser un pesado?
Conozco a alguien que predica sobre la necesidad de ser santificado enteramente, pero él es el tipo de persona con quien nadie quiere estar.
Respuesta: Sí. Andar en toda la luz no nos hace al instante maduros en la fruto del Espíritu. A la mejor el predicador se crió en un hogar no muy funcional, puede ser muy insensitivo y ignorante de muchas partes de vida, pero verdaderamante puede estar andando en toda la luz que tiene. Tal persona es limpiada de todo pecado, pero obviamente no es un buen modelo para imitar. Juan Wesley nos recuerda que aún ellos que son “verdaderamente perfectos en amor” luchan con muchas debilidades, hablando de una conversación que había tenido “hace unos años” con “un santo de Dios” con un criado. Wesley le había dicho, “Jenny, su ama y tú no pueden ser una tribulación una a la otra ya que Dios les ha salvado del pecado.” “O, señor,” le dijo ella, “si somos salvados del pecados, todavía tenemos debilidades suficiente para probar toda la gracia que Dios nos ha dado.’”2

CONCLUCION
¿Está Ud. andando en toda la luz que Dios le ha dado?

1. El tiempo del verbo “tenemos” es un tiempo presente lo cual indica la posesión constante, y el modo es el indicativo que le asegura al lector de la realidad factual de tener en verdad la comunión constante con Dios.
2. Citado en John Wesley’s Concept of Perfection (El Concepto de Perfección de Juan Wesley) por Leo G. Cox (Beacon Hill, 1964), p. 166.

—bosquejo del sermón por DR. ALLAN P. BROWN

13 septiembre 2008

Definir La Santidad: ¿Dónde comenzamos?

Me parece una práctica muy común por teólogos que insisten en comenzar con Dios al definir la santidad. Con el resurgimiento de la teología trinitaria, el enfoque ha sido en comenzar con la naturaleza trinitaria y las relaciones de Dios como la matriz de santidad. Algunos han llegado al punto de afirmar que si su definición de la santidad no funciona en la Trinidad antes de la creación , no está correcta.

Lógicamente, tiene sentido comenzar con Dios. Claramente, Dios es santo (Ex. 15:11). El es incomparable en la santidad (Isa. 40:25). Lo que me interesa es que Dios no empieza nuestro entendimiento de la santidad donde los teólogos creen que debería. (¿Quién sabe dónde empezó con Adán?!) Si tomamos el órden del canon del Torá como el punto escogido de empezar en conservar Su revelacón para nuestro entendimiento, Dios empieza enseñándonos de santidad con algunos objetos no personales: un día, el polvo, y una asamblea.

Un día santo
En Gen. 2:3 Dios hace santo el día séptimo porque en él reposó de todo Su trabajo. Varias cosas se destacan aquí:
• “Santificar” aquí denota la acción por Dios en separar ese día de los otros seis días en los cuales El trabajó para un propósito especial: el descanso.
• La santificación del día lo hizo especial. En otras palabras, no es un día ordinario, sino un día especial en virtud de haber sido apartado (hecho santo) para el descanso.
• Sin ningún idea preconcebido de lo que significa el verbo qadash, es claro que tiene que ver con apartar algo del ordinario para ser especial.

El polvo santo
En Ex. 3:5 Dios le dice a Moisés que el polvo en lo cual está de pie es santo. ¿Qué lo hizo santo? Creo que la presencia especial de Dios hizo santa la tierra. Noto aquí que…
• la tierra santa exige el tratamiento especial. Moisés tenía que quitarse los calzados.
• el hecho de que era “santo” significó que había sido separado del uso ordinario para un uso especial por Dios.
• Aquí otra vez vemos que la separación del común/ordinario para el uso/tratamiento especial por Dios está al centro de la definición de la santidad.

Una asamblea santa
En Ex. 12:16 Dios nombra el primer día y el séptimo de la Fiesta de los Panes sin Levadura como días cuando habrá una “asamblea santa.” El texto no especifica el propósito de la asamblea, pero Ezeq. 46:3, 9 indican que era para el propósito de adorar a Yahwéh.

¿Por qué es “santa” esta asamblea? El texto revela que no se permitió el trabajo en esos días, salvo el trabajo necesitado para cocinar. Otra vez, Dios aparta un día de los días ordinarios por prohibir el trabajo y se separa para un propósito especial: una asamblea para la adoración. “Santo” en este contexto parece tener el sentido de “especial como resultado de haber sido apartado por Dios.”

En cada uno de los tres textos primeros pentateucos donde Dios designa algo como santo, el sentido de la palabra “santo” incluye las ideas de “apartado del común uso o actividad para el uso especial/la actividad por Dios” o “especial en virtud de haber sido apartado para un propósito especial.”

08 septiembre 2008

Sorprendido por la codicia

El martes, yo estaba leyendo Romanos 7 como parte de mi lectura de Escritura durante mi hora personal de adoración. Versículo 7 se destacó porque le estamos enseñando los Diez Mandamientos a nuestro hijo, Allan.

Romans 7:7 Τί οὖν ἐροῦμεν; ὁ νόμος ἁμαρτία; μὴ γένοιτο· ἀλλὰ τὴν ἁμαρτίαν οὐκ ἔγνων εἰ μὴ διὰ νόμου· τήν τε γὰρ ἐπιθυμίαν οὐκ ᾔδειν εἰ μὴ ὁ νόμος ἔλεγεν· οὐκ ἐπιθυμήσεις.

“¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.” (RV)

Estaba sorprendido ver que el nombre “la codicia” = ἐπιθυμία; el verbo es una forma de ἐπιθυμέω. ¡Las palabras comunes para comunicar el deseo, el deseo fuerte, frecuentemente traducidas como “lujuria” en la KJV (una traducción inglesa)! ¿Es lo que es la codicia—el deseo?

Así que lo comparé con la LXX. Usa ἐπιθυμέω in Ex. 20 and Deut. 5. Entonces lo comparé con BDAG, Louw-Nida, y Friberg. ¡Ninguno de ellos no tiene “la codicia” como un sentido de ἐπιθυμέω! Entonces fui al hebreo: חמד es el verbo traducido “codicia.” HALOT no tiene “codicia” como un sentido. Tiene “desear.”

Así que busqué “codicia” en el Oxford English Dictionary y tiene el mandamiento diez bajo el tercer sentido “desear culpamente, desear (lo que pertenece al otro). El sentido primero era ‘desear con afán.’ El sentido segunda era desear con codicia o el deseo carnal.

Conclusión: “La codicia” no es un término técnica distinto de los otros términos por el deseo. Es la palabra normal por el deseo.

Este cambia mi entendimiento del mandamiento. No desearás la mujer de tu prójimo. No desearás la casa de tu prójimo. Cuando algo se pertenece al otro, desear ese objeto mismo es malo. Desear algo así, asumo entonces, no es malo. Desear tener una esposa como la de su prójimo está bien.

Este tiene que ver con 1 Juan 2:15-17 y la mundanería. Ya que “las cosas del mundo” son lujurías -- ἐπιθυμία – toda la mundanería es una violación del mandamiento décimo tanto como una violación del primer mandamiento.

Pensar Como Jesucristo = Vivir Misionalmente (Juan 4:34)

Juan 4:34 λέγει αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς• ἐμὸν βρῶμά ἐστιν ἵνα ποιήσω τὸ θέλημα τοῦ πέμψαντός με καὶ τελειώσω αὐτοῦ τὸ ἔργον.
“Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.”

Este pasaje llamó mi atención ayer.

La comida es la que sostiene y habilita la vida. La vida, como la conocemos, se centra en la comida. Los horarios de trabajo creados por los razonables inevitablemente hace espacio para comer. ¡La comida es importante!

La vida de Jesucristo se giró en torno a comida también: Su comida era hacer la voluntad del que le envió. Jesucristo tenía una percepción clara de ser mandado. ¿Y Usted?

La Escritura enseña que Dios nos creó cada uno en este mundo para cumplir alguna meta. Pablo dice, “Paul says, Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Eph. 2:10). Es la parte “preparados de antemano” de ese versículo que me dice que Dios tiene una serie de trabajos planeada de antemano que El quiere que nos hagamos. Nosostros, también hemos sido “mandado” a este mundo en una misión. (Y, no, ése no implica la creencia en la existencias de las almas pre-incarnadas).

¿Te ves como haber sido mandado? Jesucristo se vió así. Debemos vernos de la misma manera. Cuando creo que he sido mandado por Dios a este mundo, mi vida-toda de ella-llega a ser misional. El plan de Dios no es solamente una estructura en la cual creo mi propia misión. El plan de Dios, según Salmos 139, involucra cada día de mi vida (Sal. 139:16).

Así la voluntad y trabajo del Uno que me mandó es corregir los exámenes, instruir a mis niños en los caminos de Dios, ser un esposo, prepapar y dar clases, hacer investigación académica, escribir los papeles, publicar… En otras palabras, cada parte de mi vida que refleja la voluntad de Dios (¡toda de ella!) es parte del trabajo que Dios me ha mandado para hacer.

Este me da objetivo y significación. También me da que pensar al darme cuenta de que soy responsable para cumplir el trabaja que El me ha dado. Los “talentos” el maestro me ha dejado no son solamente las habilidades El ha dotado. Mis “talentos” también incluyen mis oportunidades y mis responsabilidades.

Padre, por favor ayúdeme pensar como Jesucristo: “Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra,” para que yo pueda rogar como Jesucristo, “Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese” (Juan 17:4).

¿Qué Debo Pensar Al Oír del Pecado en la Iglesia?

1. Debo lamentar (1 Cor. 5:1-2). Lamento por el deshonro que está en el nombre santo de Dios. Lamento por la causa de tropiezo que es tal pecado en el camino de los que no creen. Lamento por el daño al cuerpo de Jesucristo. Lamento por las familias afectados por el pecados-las familias nunca se eximen de tal sufrimiento. Lamento por la destrucción que tal pecado produce en las vidas de ellos que se engañan por el pecado.

2. Debo rechazar la tentación chismorrear. Antes de que se hace la disciplina eclesiástica, si otra persona no es parte del problema o parte de la solución, estoy chismorreando si comparto la información con ellos que ya no tienen. Digo, “Antes de the enactment of la disciplina eclesiástica,” porque uno de los motivos de la disciplina eclesiástica es que los creyentes “oigan y teman” (1 Tim. 5:20). ¿Qué de ellos que ya tienen esa información? Ef. 5:12 dice, “vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto.” Quiere decir que no discuto los detalles del pecado con otros.

Si alguien está ofreciendo compartir información conmigo sobre una situación donde unos creyentes se han caído en el pecado, le pregunto si cree que soy parte del problema o parte de la solución en esta situación. Si dice que no, le digo que sería chismorrear para pasar esa información.

3. Ruego por el arrepentimiento de ellos que han pecado- un cambio completo de dirección, 180 grados- y restauración a Jesucristo, primero, y entonces al Cuerpo, segundo. El pecado esclaviza (Rom. 6:16). Los involucrados necesitan ser liberados. El pecado es destructivo (Gál. 6:7). Le cuesta mucho tiempo para reconstruir después de la destrucción hecha por el pecado en una vida.

4. Ruego que la gracia será dado a ellos involucrados en restaurar ellos sorprendidos en una falta (Galatians 6:1). El corazón humano es extremadamente tortuoso, y al enemigo le gusta usar cada oportunidad para que otros se cayan, especialmente ellos que están involucrados en restaurar a los caídos.

5. Ruego que Dios me proteje de pensar extensamente sobre el pecado y que me guarde del tropiezo en la mente.

6. Ruego que Dios aumentaría mi temor de El para que yo siempre rechazaría la maldad. Me doy cuenta de que fuera de la gracia de Dios, yo también podría ser esclavizado por el pecado.

7. Ruego por la familia, los asociados próximos, los subordinados, y los otros directamente afectados por las consecuencias del pecado. El diablo les estará tentando estar amargados, odiosos, resentidos en sus pensamientos tanto como sus acciones hacia estas personas. Si es la inmoralidad, el diablo hará su mejor para destruir la familia de ellos involucrados. Ruego que la protección, el consuelo, y la gracia que sostiene que da Dios les rodea y mantenga a ellos que han sido engañados y mal tratados.

21 julio 2008

Lo Que Enseña la Biblia sobre el Destino de los Malos

El destino de los malos en la eternidad se refiere muchas veces como Infierno. La palabra inglesa “hell” se usa en el Nuevo Testamento para traducir tres diferentes palabras griegas: gehenna γεννα (Mat. 5:22, 29-30; 10:28; 18:9; 23:15, 33; Mar. 9:43, 45, 47; Luc. 12:5; Sant. 3:6), hades δης (Mat. 11:23; 16:18; Luc. 10:15; 16:23; Hechos 2:27, 31; Apoc. 1:18; 6:8; 20:13-14), and Tartarus ταρταρω (2 Peter 2:4). Otros términos denotando el lugar donde se castigan los malos incluyen “el horno de fuego” (Mat. 13:42, 50), “el fuego eterno” (Mat. 18:8; 25:41; Judas 1:7), “el lago de fuego” (Apoc. 19:20; 20:10, 14, 15), “las tinieblas de afuera” (Mat. 8:12; 22:13; 25:30), y “la oscuridad de tinieblas” (Judas 1:13).

Hades se describe en Lucas 16:23ff como un lugar de (1) auto-conciencia, (2) el tormento/agonía en llamas, (3) la memoria y remordimiento, (4) una percepción del Paradiso, y (5) una separación de Dios y los santos por un gran abismo. Es el lugar temporal para los muertos malos hasta el Gran Juicio de Trono Blanco. Entonces, Hades está echado en el Lago de Fuego (Apoc. 20:11-15).

Gehenna se describe como un horno de eterno fuego no apagable donde hay llorar, gemir y rechinar los dientes (Mat. 13:41-42; 18:8; Mar. 9:43-48). Jesucristo dijo que el fuego eterno (Gehenna) fue creado para el castigo del diablo y sus ángeles (Mat. 25:41). Es dónde Dios puede destruir ambos cuerpo y alma (Mat. 10:28).

El lago de fuego es dónde la bestia, el profeta falso, el diablo, la muerte, Hades y todos cuyos nombres no escritos en el libro de vida son echados (Apoc. 19:20, 20:10, 14-15). Se describe como (1) un lugar del tormento eterno en fuego y azufre, y (2) la muerte segunda. Ellos que adoran a la bestia y reciben su signo serán atormentados con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos, y no tienen reposo de día ni de noche (Apoc. 14:10-12). Aunque no llamado explicítamente el lago de fuego, la descripción de este lugar cooresponde con el lago de fuego idénticamente. Por sus descripciones semejantes, Gehenna y el lago de fuego aparentemente refieren al mismo lugar.

El abismo. El abismo o el pozo de abismo (Apoc. 9:1-2, 11) en un lugar temido por los demonios en la tierra (Luc. 8:12). Es donde Satanás se estará atado por 1,000 años (Apoc. 20:3). El abismo y el lago de fuego son lugares distintos. La bestia viene del abismo y va para la destrucción del lago de fuego (Apoc. 17:8; 19:20), y Satanás está desatado del pozo de abismo y es echado finalmente en el lago de fuego (Apoc. 20:7, 10). El abismo no relaciona al castigo de humanos malos. Parece ser un lugar del castigo temporal y encarcelamiento para los ángeles malos.

La Escritura describe el castigo eterno (Mat. 25:46) de los malos en cuanto a la muerte, perecer, la destrucción y el destierro. El castigo como la muerte/la falleza. Para entender la muerte espiritual, hay que entender la naturaleza de la vida espiritual. Según Jesucristo, la vida eterna es estar en una relación buena con Dios (Juan 17:3). La muerte eterna, no obstante, es no estar en una relación buena con Dios. Los pecadores son actualmente muertos espiritualmente (Ef. 2:1) y sufrirán la “muerte segunda” por siempre (Apoc. 21:8). “Perecer” quiere decir “morir.” Los nos salvados están pereciendo ahora (2 Cor. 2:15), y si no se arrepienten, perecerán eternamente (Luc 13:3).

El castigo como destrucción. En 2 Tes. 1:9 los malos son castigados con “eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder.” Mat. 24:48-51 yuxtapone la destrucción y la existencia continuada. El mal esclavo es cortado por medio, lo cual terminaría normalmente la existencia consciente. Sin embargo, el esclavo dividido “tendrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.” Esta destrucción incluye el alma y el cuerpo (Mat. 10:28), así exigiendo la resurrección del cuerpo de lo malo (Juan 5:28-29; Hechos 24:15). Es posible que la frase “el gusano de ellos no muere” describe la corrupción eterna sufrida por los malos (Mar. 9:42ff).

El castigo como destierro. Los malos son mandados apartarse de Jesucristo (Mat. 7:21-23) y son echados (Mat 8:12; 13:42, 50; 25:30; Mar. 9:42-48) en Gehenna/las tinieblas de afuera que está “afuera” de Jerusalén Nuevo (Apoc. 22:14). Ellos son excluidos del banquete de bodas y se nega la entrada(Mat. 25:10).

Dios y el Infierno. God no quiere la muerte del impío (Ezeq. 33:11). No quiere que ninguno perezca (2 Ped. 3:9; Mat. 18:14). Algunos han afirmados que Dios no manda a ninguno hacia el infierno (e.g., C. S. Lewis), pero esta idea no puede mantenerse por la Escritura porque es Jesucristo como Juez quien manda que algunos hombres aparten de El al fuego eterno (Mat. 25:41). De la perspectiva de Dios, según la Escritura, el pecado contra El merece el castigo eterno. Esto confirma nuestro conocimiento del sentido común que la severidad del delito es, en parte, una función de la importancia de la persona contra quien es cometido. Insistir que un Dios de amor no podría castigar eternamente es maltender el amor de Dios, negar Su revelación, y insinuar que Ud. es más misericordoso/benevolente que Dios Mismo.

La pregunta que se destaca lo más frecuentemente al discutir el castigo eterno en Infierno es, “¿Por qué es eterno el castigo de un hecho pecaminosa finito?” La Biblia no responde directamente a esta pregunta. Sin embargo, las respuestas mejores que he encontrado incluyes los elementos siguientes: (1) Dios es justo; por eso, cualquier castigo prescribe debe ser justo. (2) El pecado es una ofensa contra un Ser infinito; por lo tanto, no es completamente finito por naturaleza. (3) No podemos determinar el límite de los efectos del pecado, así no sabemos que los efectos son finitos. El castigo eterno insinua que son eternos. (4) Aunque el castigo del Infierno nunca termina, cada pecador no recibe el mismo nivel del castigo. En Luc. 12:47-48 Jesucristo dice que ellos que deliberadamente hacen mal recibirán muchos azotes, pero ellos que no lo hacen a sabiendas recibirán pocos azotes(cf. Rom. 2:12).

Nuestra respuesta. Teman Dios (Mat. 10:28) y hagan lo que es necesario evitar siendo echado en el infierno (Mat. 5:29-30). En la eternidad, el infierno es aborrecible a los santos y a lo mejor sirve para recordarles de las consecuencias de la rebelión(Isa. 66:24). Mi estudio de este tema me ha impresionado de nuevo los horrores del castigo eterno consciente en el infierno. No me extraña que Jesucristo les mandó a sus discípulos que hagan cualquier sea necesario para evitar ir al infierno (Mar. 9:43-48).

Hermanos y hermanas, ¡que temamos Dios, apartemos de maldad y huyamos a Cristo!

El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová… 1 Sam. 16:7

“¿Por qué hay una clase que tiene que ver con los triviales temas externos como la modestia, las ropas distintas para los sexos o 1 Cor. 11:2-16? ¿No sabes que ‘el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón’” ~un estudiante

1 Samuel 16:7 Y Jehová respondió a Samuel: “No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.”

Muchas veces se usa 1 Samuel 16:7 para acallar la discusión importante sobre los externos en la vida de un cristiano y se clasifica entre los textos más malentendidos y utilizados mal en la Escritura.

El contexto de este versículo es la misión de Samuel para ungir a un sustituto para el Rey Saúl. Cuando Samuel observaba las excelentes características físicas del primer hijo de Isaí, Eliab, supuso incorrectamente que él era la elección de Dios.

Dios corrige la impresión de Dios por decirle que mientras que Samuel puede ver solo lo que es externo, Dios puede ver el interior y Sus selecciones se basan en el corazón.

Hay varios razones para que este texto no implica que Dios se preocupa solamente por los asuntos de corazón y no se preocupa por los externos.
1. Dios no dice que solamente se preocupa por el corazón. El dice que El puede ver el corazón; mientras que el hombre no puede verlo.
2. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamentos dan evidencia suficiente que Dios sí se preocupa por los externos.

Antiguo Testamento
Por ejemplo, Dios exigió que los israelitas se visten con cordones en sus vestidos exteriores para recordarles de Sus mandamientos. (Num. 15:38-39; Deut. 22:12). El exigió que los hombres israelitas no cortarse las barbas (Lev. 19:7; 21:5). Este requisito hizo que los hombres israelitas se destacaron de las barbas muy estilizados de los colegas de su aristocracia (e.g., aquí or aquí). Dios diseñó vestidos con que se vestirían “por su gloria y belleza” (Ex. 28:2, 40).

Nuevo Testamento
En Mat. 6:17 Jesucristo manda que lavemos el rostro y ungamos la cabeza al ayunar. Es decir, haga que el exterior se ve bueno para que la incomodidad de ayunar no aparezca.
En 1 Cor. 11:2-16 Dios habla claramente del cabello de hombre y mujer: el cabello dejado crecer en un hombre es deshonroso; el cabello no dejado crecer en una mujer es deshonroso; mientras que el cabello no corto es la gloria de la mujer.
En 1 Tim. 2:9-10, el Espíritu Santo inspiró a Pablo para escribir sobre cómo las mujeres deben y no deben adornarse en el exterior.

La idea que la enseñanza de la apariencia exterior es necesariamente no espiritual y legalista va contra la Escritura misma. Si enseñamos el consejo completo de la palabra de Dios, entonces enseñaremos que tienen que ver con, si explícitamente o si implícitamente (e.g. Rom. 12:2) nuestra “apariencia exterior.”

El consejo completo de Dios enseña que nuestra apariencia exterior debe ser un reflejo diseñado intencionalmente de nuestro amor interior para Dios y una pasión de Su gloria. Dios mira tanto el corazón como la apariencia exterior. Puesto que el hombre puede ver solamente la apariencia exterior, cómo mucho más entusiasta debemos ser para vivir en la obediencia de amor a los mandamientos externales de nuestro Padre, ¡para que los hombres vean nuestras buenas obras, y glorifiquen a nuestro Padre que está en los cielos!