08 septiembre 2008

Pensar Como Jesucristo = Vivir Misionalmente (Juan 4:34)

Juan 4:34 λέγει αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς• ἐμὸν βρῶμά ἐστιν ἵνα ποιήσω τὸ θέλημα τοῦ πέμψαντός με καὶ τελειώσω αὐτοῦ τὸ ἔργον.
“Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.”

Este pasaje llamó mi atención ayer.

La comida es la que sostiene y habilita la vida. La vida, como la conocemos, se centra en la comida. Los horarios de trabajo creados por los razonables inevitablemente hace espacio para comer. ¡La comida es importante!

La vida de Jesucristo se giró en torno a comida también: Su comida era hacer la voluntad del que le envió. Jesucristo tenía una percepción clara de ser mandado. ¿Y Usted?

La Escritura enseña que Dios nos creó cada uno en este mundo para cumplir alguna meta. Pablo dice, “Paul says, Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Eph. 2:10). Es la parte “preparados de antemano” de ese versículo que me dice que Dios tiene una serie de trabajos planeada de antemano que El quiere que nos hagamos. Nosostros, también hemos sido “mandado” a este mundo en una misión. (Y, no, ése no implica la creencia en la existencias de las almas pre-incarnadas).

¿Te ves como haber sido mandado? Jesucristo se vió así. Debemos vernos de la misma manera. Cuando creo que he sido mandado por Dios a este mundo, mi vida-toda de ella-llega a ser misional. El plan de Dios no es solamente una estructura en la cual creo mi propia misión. El plan de Dios, según Salmos 139, involucra cada día de mi vida (Sal. 139:16).

Así la voluntad y trabajo del Uno que me mandó es corregir los exámenes, instruir a mis niños en los caminos de Dios, ser un esposo, prepapar y dar clases, hacer investigación académica, escribir los papeles, publicar… En otras palabras, cada parte de mi vida que refleja la voluntad de Dios (¡toda de ella!) es parte del trabajo que Dios me ha mandado para hacer.

Este me da objetivo y significación. También me da que pensar al darme cuenta de que soy responsable para cumplir el trabaja que El me ha dado. Los “talentos” el maestro me ha dejado no son solamente las habilidades El ha dotado. Mis “talentos” también incluyen mis oportunidades y mis responsabilidades.

Padre, por favor ayúdeme pensar como Jesucristo: “Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra,” para que yo pueda rogar como Jesucristo, “Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese” (Juan 17:4).

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