21 julio 2008

El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová… 1 Sam. 16:7

“¿Por qué hay una clase que tiene que ver con los triviales temas externos como la modestia, las ropas distintas para los sexos o 1 Cor. 11:2-16? ¿No sabes que ‘el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón’” ~un estudiante

1 Samuel 16:7 Y Jehová respondió a Samuel: “No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.”

Muchas veces se usa 1 Samuel 16:7 para acallar la discusión importante sobre los externos en la vida de un cristiano y se clasifica entre los textos más malentendidos y utilizados mal en la Escritura.

El contexto de este versículo es la misión de Samuel para ungir a un sustituto para el Rey Saúl. Cuando Samuel observaba las excelentes características físicas del primer hijo de Isaí, Eliab, supuso incorrectamente que él era la elección de Dios.

Dios corrige la impresión de Dios por decirle que mientras que Samuel puede ver solo lo que es externo, Dios puede ver el interior y Sus selecciones se basan en el corazón.

Hay varios razones para que este texto no implica que Dios se preocupa solamente por los asuntos de corazón y no se preocupa por los externos.
1. Dios no dice que solamente se preocupa por el corazón. El dice que El puede ver el corazón; mientras que el hombre no puede verlo.
2. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamentos dan evidencia suficiente que Dios sí se preocupa por los externos.

Antiguo Testamento
Por ejemplo, Dios exigió que los israelitas se visten con cordones en sus vestidos exteriores para recordarles de Sus mandamientos. (Num. 15:38-39; Deut. 22:12). El exigió que los hombres israelitas no cortarse las barbas (Lev. 19:7; 21:5). Este requisito hizo que los hombres israelitas se destacaron de las barbas muy estilizados de los colegas de su aristocracia (e.g., aquí or aquí). Dios diseñó vestidos con que se vestirían “por su gloria y belleza” (Ex. 28:2, 40).

Nuevo Testamento
En Mat. 6:17 Jesucristo manda que lavemos el rostro y ungamos la cabeza al ayunar. Es decir, haga que el exterior se ve bueno para que la incomodidad de ayunar no aparezca.
En 1 Cor. 11:2-16 Dios habla claramente del cabello de hombre y mujer: el cabello dejado crecer en un hombre es deshonroso; el cabello no dejado crecer en una mujer es deshonroso; mientras que el cabello no corto es la gloria de la mujer.
En 1 Tim. 2:9-10, el Espíritu Santo inspiró a Pablo para escribir sobre cómo las mujeres deben y no deben adornarse en el exterior.

La idea que la enseñanza de la apariencia exterior es necesariamente no espiritual y legalista va contra la Escritura misma. Si enseñamos el consejo completo de la palabra de Dios, entonces enseñaremos que tienen que ver con, si explícitamente o si implícitamente (e.g. Rom. 12:2) nuestra “apariencia exterior.”

El consejo completo de Dios enseña que nuestra apariencia exterior debe ser un reflejo diseñado intencionalmente de nuestro amor interior para Dios y una pasión de Su gloria. Dios mira tanto el corazón como la apariencia exterior. Puesto que el hombre puede ver solamente la apariencia exterior, cómo mucho más entusiasta debemos ser para vivir en la obediencia de amor a los mandamientos externales de nuestro Padre, ¡para que los hombres vean nuestras buenas obras, y glorifiquen a nuestro Padre que está en los cielos!

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