“¿Por qué hay una clase que tiene que ver con los triviales temas externos
1 Samuel 16:7 Y Jehová respondió a Samuel: “No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.”
Muchas veces se
El contexto de este versículo es la misión de Samuel para ungir a un sustituto para el Rey Saúl. Cuando Samuel observaba las excelentes características físicas
Dios corrige la impresión de Dios por decirle que mientras que Samuel puede ver solo lo que es externo, Dios puede ver el interior y Sus selecciones se basan en el corazón.
Hay varios razones para que este texto no implica que Dios se preocupa solamente por los asuntos de corazón y no se preocupa por los externos.
1. Dios no dice que solamente se preocupa por el corazón. El dice que El puede ver el corazón; mientras que el hombre no puede verlo.
2. Tanto el Antiguo
Antiguo Testamento
Por ejemplo, Dios exigió que los israelitas se visten con cordones en sus vestidos exteriores para recordarles de Sus mandamientos. (Num. 15:38-39; Deut. 22:12). El exigió que los hombres israelitas no cortarse las barbas (Lev. 19:7; 21:5). Este requisito hizo que los hombres israelitas se destacaron de las barbas muy estilizados de los colegas de su aristocracia (e.g., aquí or aquí). Dios diseñó vestidos con que se vestirían “por su gloria y belleza” (Ex. 28:2, 40).
Nuevo Testamento
En Mat. 6:17 Jesucristo manda que lavemos el rostro y ungamos la cabeza al ayunar. Es decir, haga que el exterior se ve bueno para que la incomodidad de ayunar no aparezca.
En 1 Cor. 11:2-16 Dios habla claramente
En 1 Tim. 2:9-10, el Espíritu Santo inspiró a Pablo para escribir sobre cómo las mujeres deben y no deben adornarse en el exterior.
La idea que la enseñanza de la apariencia exterior es necesariamente no espiritual y legalista va contra la Escritura misma. Si enseñamos el consejo completo de la palabra de Dios, entonces enseñaremos que tienen que ver con, si explícitamente o si implícitamente (e.g. Rom. 12:2) nuestra “apariencia exterior.”
El consejo completo de Dios enseña que nuestra apariencia exterior debe ser un reflejo diseñado intencionalmente de nuestro amor interior para Dios y una pasión de Su gloria. Dios mira tanto el corazón
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