21 julio 2008

Estudio de la Santidad en el Antiguo Testamento

Anoche, acabo de salir de viaje por cada texto de A.T. que contiene los términos cognados hebreos de la santidad. Hay 823 veces de los cognados siguientes: el verbo q-d-sh, el nombre qodesh, y los adjetivos qadosh and qadesh. He estado estudiándolo a ratos por un mes.

Tres cosas instaron mi estudio. Primero, mi clase de Escuela Dominical pidió un estudio de la santidad y temas relacionados. Segundo, mi padre y yo hemos estado discutiendo la naturaleza de la santidad de Dios por unos meses. Tercero, en su libro Portraits of God, Allan Coppedge afirma que, “Un estudio de los datos indica que el sentido de santidad tiene seis componentes importantes. Son los conceptos de separación, brillantez, rectitud, amor, poder y bondad” (p. 51).

Mis estudios anteriores del concepto de la santidad me habían guiado a concluir que la santidad en su esencia es la separación. Al aplicarla a personas humanas, es la separación para con Dios de lo que es común y ordinario tanto como de lo pecaminoso y contaminante. Al aplicarla a Dios… pues, yo estaba exactamente cierto. Yo había sido enseñado que era su transcendencia y puridad moral o a lo mejor su excelencia moral. Pero la declaración de Coppedge retaba mi entendimiento anterior. Por lo tanto, hago el estudio actual.

Todavía estoy examinando cuidadosamente la información, pero algunos cosas me destacan.
  1. Habiendo estudiado los datos, no he encontrado ninguna información que confirma la afirmación de Coppedge que el sentido de la santidad incluye los conceptos de la brillanteza, el amor, el poder, o la bondad. Los datos indican aplastantemente que la separación es el corazón del sentido de la santidad. Diré más de la santidad y la rectitud más tarde.
  2. Me acordaba de que el término “el santo” no fue creado por Pablo en el NT, pero se usó por Pablo en la misma manera como se usaba en el AT (Salmos 16:3, 34:9).
  3. Varios texts se destacaron como un establecimiento del base conceptual para la admonición de Pedro para “santificar a Dios el Señor en vuestros corazones” en I Pedro 3:15.
  4. La primera petición del Padrenuestro tiene raices in Levítico, Isaías, y especialmente en Ezequiel que nunca he oído articulado en el púlpito.
  5. La sanctificación de Sí mismo por Jesucristo (Juan 17:19) tiene un paralelo en la sanctificación de Sí mismo por Yahweh (Ezeq. 38:23).

En artículos subsiguientes, si Dios permite, pienso en desarrollar estos conceptos.

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